Luna de miel Polinesia-Costa Oeste: Bora Bora III. El overwater

martes, 9 de octubre de 2012

El día siguiente fuimos a primera hora a la capital de Bora Bora, Vaitape. Nos llevó una furgoneta del hotel y nos dejó allí un par de horas, más que suficientes para ver una calle con algunas tiendas y el puerto, eso era todo. Estuvimos paseando y viendo tiendas de perlas, un mercado tradicional y comprando algunos regalos. En la Polinesia lo mejor que puedes traerte es perlas (si te da el prespuesto), monoi (aceite de coco aromatizado con tiaré), pareos y complementos hechos con conchas. Es muy bonita la artesanía de allí. Los diseños de los pareos son preciosos y las perlas, ¿qué os voy a contar? Nada es barato, eso es cierto, pero hay que saber dónde comprar, nunca en los hoteles y sí en el mercado de Papeete o en los de los pueblecitos de las islas. Hay muchísima diferencia.

Cuando volvimos al hotel a media mañana decidimos que nos íbamos a quedar todo el día en nuestro overwater. ¡Había que disfrutarlo!

Lo cierto es que era una auténtica pasada. Teníamos el de la punta, así que delante nuestra sólo estaba la laguna y los motus lejanos. Dentro de la habitación teníamos una ventana en el suelo desde la que se veía el agua transparente y los peces.


Esta era la vista desde la cama:


Lo mejor era la terraza privada con hamacas y el muellecito con escalerilla y ducha para poder tirarnos al agua. No nos hacía falta ir a la playa, y eso que la teníamos al lado. Una pasada.


Podíamos bucear en el jardín de coral que había al lado de los overwater. Un proyecto para la recuperación de los corales que se perdieron con un ciclón que hubo.

También cogíamos pan en el desayuno y nos echábamos el rato dando de comer a los peces desde nuestro muelle, venían muchísimos.

El último día nos regalaron una botella de vino blanco y unos macarons. Nos lo bebimos en nuestra terraza viendo atardecer. Un lujo.


La última noche había un espectáculo de danzas en el hotel. Al día siguiente nos despertamos y nos fuimos a ver nuestro último amanecer en la Polinesia. Había sido la semana más bonita de mi vida. No conozco el paraíso, pero debe ser algo muy parecido.



Imprimir

0 comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tu comentario. Gracias.