Recién aterrizados

lunes, 16 de diciembre de 2013




Pues sí, ya estamos de vuelta de nuestro tour por Tailandia, Camboya y Dubai y casi todavía con jet lag. El viaje ha dado de sí: hemos aprovechado el tiempo al máximo y hemos visto montones de cosas, tantas que no sabemos ni por dónde empezar. Como siempre, tenemos muchas anécdotas que contaros, consejos, recomendaciones, todo ilustrado con millones de fotos y vídeos (hay que hacer selección o vamos a matar a alguien…).

Aprovechar tan bien, tan bien el tiempo tiene sus ventajas e inconvenientes. La ventajas son obvias, en 16 días vemos muchos sitios diferentes y hacemos miles de cosas. Los inconvenientes son, básicamente, el cansancio, porque esto acaba convirtiéndose en un maratón. Parece que nunca aprendemos, siempre acabamos haciendo lo mismo, pero nos puede el síndrome "poyaqué", jajaja, "Poyaqué estamos aquí, vamos a tal sitio, y a otro, y a otro...". Después de este viaje nos hemos prometido bajar el ritmo de las escapadas o, al menos, no volver justo el día antes de empezar a trabajar, porque entre el jet lag y el cansancio, la vuelta al mundo real se hace muy dura. Pero una cosa es lo que decimos ahora y otra cosa lo que haremos... ya se verá.

Sin más preámbulos,  fasten your seatbelts, que despegamos!!! (Me encanta decir esto...).

Imprimir

Tailandia y Camboya: la ruta

miércoles, 20 de noviembre de 2013


A unos días de irnos queremos compartir con vosotros el recorrido.

Una de las cuestiones que exige más dedicación cuando organizas un viaje es determinar la ruta a seguir una vez que has elegido destino. La elección de este último suele moverse por otros mecanismos menos “racionales” podríamos decir, pero la ruta sí debe ser bien pensada y calculada.

Teníamos claro que queríamos pasar unos días en Bangkok, conociendo la capital, pero también en el sur, en las islas. Unos amigos fueron recientemente y nos contaron maravillas del norte, concretamente de Chiang Mai, así que lo incluimos también. Luego surgió la posibilidad de ampliar a Camboya unos cuantos días. Si bien es cierto que muy pocos, apenas tres y medio, al menos podíamos aprovechar para conocer las míticas ruinas de Angkor. Al final, la cosa quedó así, Bangkok (incluyendo una excursión a Ayutthaya), Chiang Mai, Camboya y el sur, la zona de Krabi (con alguna excursión también).

Lo primero que hicimos fue comprar los vuelos de ida y vuelta a Bangkok, y nos decidimos por Emirates. Como el vuelo hacía escala en Dubai pensamos que podríamos aprovechar para pasar un día allí y tacharlo del mapa de nuestros posibles destinos. De entrada, no es un sitio que nos atraiga mucho, por eso creo que con día bastará.

Una vez que decidimos la ruta, fuimos comprando los vuelos internos con Air Asia. La duración no es mucha y no están mal de precio. Nos decantamos por el avión para todos los trayectos (aun sabiendo que hay opciones más económicas como el tren o el bus) porque el tiempo es un bien muy valioso en un viaje y preferimos aprovecharlo al máximo.
Luego buscamos los alojamientos a través de Booking, informándonos eso sí, de las mejores zonas a través de los foros de Los viajeros.

Después comenzamos a investigar sobre posibles excursiones y hemos contratado desde aquí la visita a un campamento donde cuidan de los elefantes, están en contra de su explotación y los protegen de la caza furtiva, Woody’s Elephants  en Chiang Mai. Hay tres parecidos, PataraElephant Farm y Elephant Nature Park. Las opiniones son buenas respecto a todos. Para los días que estamos en Krabi (en Ao Nang y en Railay Beach), hemos contratado las excursiones en AndamanCruises, convencidos por las buenas opiniones que hemos encontrado sobre ellos. Es bastante más caro que el mayorista Barracudas Tour, pero hemos leído tantas opiniones malas de ellos, que preferimos pagar un poco más y hacer excursiones privadas y a nuestra medida.

Bueno, ya estamos ultimando detalles. Esperamos que todo salga según lo previsto y, por supuesto, tomaremos nota (y fotos) de todo para contároslo a la vuelta.






Imprimir

Somos 100 en Bloglovin!!

sábado, 16 de noviembre de 2013

Este post es sólo para deciros GRACIAS. A los que nos seguís por las redes sociales y, muy especialmente, a los seguidores de Bloglovin, que hoy son 100.

El día que descubrí Bloglovin vi el cielo abierto, ¡menudo inventazo! Inmediatamente añadí todos los blogs que seguía (de viajes y de los temas más variopintos) y aproveché para buscar por categorías otros que podían interesarme. Así encontré algunos de mis blogs favoritos. Por eso hoy me hace tanta ilusión que 100 personas sigan Recién Viajados por Bloglovin.

Para los que no sepáis de qué estamos hablando, sólo tenéis que pulsar el botón a la derecha que dice "Follow this blog with Bloglovin". Os registráis, y nos buscáis.

Sólo vosotros hacéis que esto tenga sentido. Os tenemos presentes en todos los viajes cuando fotografiamos cada detalle de un hotel o de una comida o apuntamos direcciones y datos interesantes. Esperamos de corazón seros de alguna utilidad o, al menos, de entretenimiento. ¡Gracias a todos!

Imprimir

Nuevo destino Recién Viajados: Tailandia y Camboya

lunes, 4 de noviembre de 2013

Al inaugurar la nueva temporada en septiembre os adelantamos que teníamos un nuevo destino. Pues sí, nos vamos a Tailandia y Camboya en unos diítas! Estamos deseándolo! Tailandia era un destino que siempre nos había atraído. Cuando nos decidimos y comenzamos a diseñar la ruta se nos planteó la posibilidad de ir unos días a Camboya a visitar las fantásticas ruinas de Angkor, y no lo dudamos. Vamos 16 días muy bien aprovechados y esperamos que nos dé tiempo a todo.


Por supuesto, estamos en fase de elaboración de nuestra consabida guía DIY para lo que contamos con todas estas guías en papel (gracias, Reyes), más todo lo que encontramos de utilidad en internet, especialmente en nuestro adorado y empleadísimo foro Los Viajeros.

Entre los preparativos se incluyen un par de banderillas puestas a costa de la hepatitis A y el tétanos, así como el tratamiento para el paludismo, que ya tenemos gracias a unos amigos. Por ahora sólo nos queda contar los días que faltan y pensar cómo reducimos más nuestro ya escaso equipaje (increíble que conforme pasa el tiempo, viajo cada vez con menos cosas, con lo que yo he sido…).

Dejamos los detalles y la exposición de nuestra rutita para el siguiente post.

Hasta pronto!


Imprimir

¿Por qué?

viernes, 25 de octubre de 2013

Introducimos hoy un post, que esperamos que se repita con vuestra colaboración, sobre por qués relacionados con los viajes.

Y no, el primer por qué no es sobre el nombre de este avión, aunque nos dejó alucinados...



La primera duda que tenemos es sobre algo que se repite en muchos de los vuelos que he hecho a lo largo de mi vida: el aplauso final en el momento de aterrizar. Y estaréis conmigo en que no es algo raro; lo he presenciado tantas veces que ya hasta lo espero, y si nadie aplaude, me parece raro.

Yo entiendo que el pasaje aplaudiera al piloto que aterrizó en el río Hudson salvándoles la vida a todos (aunque quizá estaban tan acojonados que no cayeron en eso), pero en cualquier vuelo, pues no, la verdad...

Una explicación puede ser que la gente que no ha volado en su vida está tan contenta de tocar tierra que, en vez de besarla como el papa, aplaude al piloto. Esa sensación (la de querer besar el suelo) sí la he tenido en un par de ocasiones. La primera fue en un vuelo Madrid-Túnez. El avión se movió muchísimo, bajó muy bruscamente revolviéndonos a todos el estómago, incluso se cayeron maletas de los compartimentos superiores, lo pasamos bastante mal. En ese caso no sé si salvamos la vida gracias al piloto o si nos tocó el novato... La cuestión es que yo no estaba para aplaudir a nadie.

La segunda fue en el vuelo de Papeete a Moorea, y eso que era muy corto, pero fueron los quince minutos más largos de mi vida. Al ser un avión de hélices, el viento lo desestabilizaba bastante, y ese día hacía muuuucho viento. Menos mal que, como llegamos directamente al paraíso y, quizá, al mejor hotel que hemos pisado en nuestra vida, el mal rato se pasó pronto.

Total, que me asaltan las dudas y me gustaría saber, no sólo por qué la gente aplaude, sino también por qué lo hacen en unos vuelos sí y en otros no. Para mí es un misterio... ¿me podríais dar vuestra opinión? ¿Sois de los que aplaudís o de los que os reís de los que aplauden?

República Dominicana – All included V Santo Domingo

martes, 15 de octubre de 2013

República Dominicana es un lugar ideal para relajarse y desconectar una semana de vacaciones, pero también tiene una interesante oferta cultural. Os animamos a que hagáis alguna excursión para conocer algo más del país. Nosotros, además de la boda de nuestros amigos en los Altos del Chavón, aprovechamos para hacer dos excursiones: la visita a Isla Saona de la que ya hemos hablado y a Santo Domingo.

No quisimos dejar de visitar la capital del país, así que dedicamos un día a ello. En esta ocasión, aprovechando que formábamos un grupo numeroso (21 personas), alquilamos un microbús con chófer que nos llevó desde el hotel a la capital (2 horas de trayecto) y de vuelta. El microbús lo tuvimos disponible durante todo el día por 20 euros/persona aproximadamente.

Nuestra amiga dominicana se encargó de contratar un guía local para dar un paseo por la ciudad y explicarnos con detalle la visita.

A pesar del intenso calor, dimos un paseo por la bonita zona colonial y entramos en la primera catedral de América. Sorprende la cantidad de edificios conservados de la época colonial. Lo mejor, el alcázar de Colón.


Estando por la zona, aprovechamos para comprar ron dominicano a muy buen precio, una parte en un supermercado de la calle principal (sin duda, la mejor opción) y otras marcas más concretas en una licorería que también tenía tienda de souvenirs. Allí tenían más variedad y, regateando y comprado en grupo, nos salió bastante bien. El precio, por defecto, lo marcaban en dólares, así que lo ideal es tener algunos si queréis hacer este tipo de compras. No esperéis a comprar ron en el aeropuerto, los precios son a veces más del doble de lo que podéis encontrar en la ciudad. En los hoteles y zonas turísticas también es bastante más caro.

Luego comimos en un sitio típico que nos encantó, el Restaurante Conuco de Santo Domingo. Pedimos surtido de entrantes y como plato principal “El Nido”. No era el plato más típico de la carta, que también contaba con la famosa bandera y el sancocho, pero nuestros amigos, que ya habían estado allí varias veces, nos lo recomendaron  En este caso pagamos con pesos dominicanos, pues es la moneda en que están marcados los platos y a partir de ahí, cambiar de moneda significa perder un poco. Te suelen cambiar, redondeando, 1 euro por 50 pesos dominicanos o 1 dólar por 40.




Al terminar, nos fuimos de vuelta al microbús, no sin antes comprobar el tremendo atasco que colapsa la ciudad a las 17:00, hora de salida de la mayor parte de los trabajadores. De vuelta al hotel pasamos también por el famoso Faro de Colón, pero no entramos. A nuestro gusto, un poco decepcionante, el edificio es una mole de hormigón con forma de cruz.

No obstante, nos llevamos muy buenos recuerdos de nuestro paseo por Santo Domingo, y os recomendamos que sacrifiquéis un día de sol y playa por una interesante visita a la capital.


Imprimir

República Dominicana – All included IV Isla Saona

sábado, 5 de octubre de 2013

Como no podía ser de otra forma, durante nuestra estancia en República Dominicana hicimos la clásica visita a Isla Saona, una preciosa isla al sureste del país a la que se puede ir de diferentes formas. Nosotros no escogimos la mejor, pero es una visita obligada. Los motivos para que no fuera la idónea fueron varios, como el tiempo (sólo podíamos ir un día concreto, no se podía elegir) o que éramos un grupo muy grande para ponernos de acuerdo. Por todo ello no nos quedó más remedio que reservar la excursión con Travelplan.

El precio fue de 65 dólares por persona y consistió en: traslado en autobús desde el hotel al puerto de Bayahíbe (10 minutos), viaje de ida hasta isla Saona en catamarán y vuelta en lancha rápida con traslado de vuelta. El catamarán incluía música y bebida, pero no resultó ser tan exclusivo como nos vendieron.



La llegada a la isla es una pasada; el único problema que la estropea es la cantidad de gente que hay. Estaba claro que no íbamos a ser los únicos en querer disfrutar de este sitio... Tras un rato de tiempo libre, nos pusimos en cola para comer en el buffet que incluía la excursión y que dejaba mucho que desear. Había dos tipos de arroz y ensalada de papa dominicana para acompañar a la carne de pollo y cerdo a la brasa: ninguna maravilla. Nos ofrecieron también langosta, pero a un precio abusivo y con aspecto de no estar tan bien cocinada como la que disfrutamos días después en la cena de la playa.

Tras la comida, de nuevo a la playa con tiempo libre para disfrutarla. Es preciosa, pero la cantidad de barcas en la orilla hizo que perdiese algo de encanto. Nos quedamos con las ganas de visitar otras zonas de la isla con menos turistas porque es una maravilla.






Como hemos mencionado, para la vuelta nos tocó lancha rápida. A nosotros nos hubiese gustado hacerlo al revés, la ida en lancha rápida y la vuelta en catamarán, ya que beber ron-cola nos apetece más de sobremesa que a las 10 de la mañana recién desayunados, jajaja, pero no pudo ser. Una vez más sufrimos el ser ganado turístico y no pudimos elegir. En cualquier caso, acabamos disfrutando mucho, aunque siempre con la desagradable sensación de la diversión inducida artificialmente a base de merengue, bachata y ron a deshoras.

De vuelta, las lanchas pararon en la piscina natural, un lugar increíble en alta mar en el que el agua no cubre y hay muchísimas estrellas de mar; mereció la pena la experiencia, por supuesto.


Después llegamos de nuevo a Bayahíbe y nos trasladaron en bus al hotel.

En definitiva, Isla Saona nos parece un sitio maravilloso de visita obligada, pero tratad de evitar la excursión del tour operador. Siempre saldrá más cara que una excursión local y es menos exclusiva, te llevan en grupos grandes como borregos y no es lo mismo. Nosotros no pudimos hacerlo de la forma que os recomendamos por los motivos que ya hemos comentado, pero lo ideal es gestionar la visita en el propio puerto de Bayahíbe o conversando con alguna persona local que podréis conocer, por ejemplo, en los puestecitos de la playa junto al hotel.


Imprimir

República Dominicana – All included III

martes, 24 de septiembre de 2013

De lo mejor de la semana fue una cena que contratamos en la playa. Se paga aparte, nos costó 35 dólares por persona tras negociar el precio al ser un grupo numeroso, y estuvo muy, muy bien. Consistía en un cocktail de gambas (mediocre), una sopa de cebolla (buena) y una langosta a la plancha para cada uno (una maravilla). El postre de fresa dejaba mucho que desear, pero esa cena, con botella de cava para cada dos, en la playa, bajo las palmeras y a la luz de la luna y las velas, fue una pasada. Para terminar el día estuvimos en una fiesta en la playa que organizaba el hotel, se ambientó mucho y lo pasamos en grande.

Cena en la playa en el hotel Be live Canoa

Cena en la playa en el hotel Be live Canoa

Cena en la playa en el hotel Be live Canoa

Tal y como hemos comentado, el hotel está bastante bien (4 estrellas con buena relación calidad precio), pero dentro del mismo hay un club exclusivo para italianos que merece una mención especial, el “Veraclub”.

El Veraclub es una zona reservada para un grupo reducido de clientes (los italianos), a la que puede ir a comer y beber el resto, aunque con algunas reservas. La cuestión es que nos informamos y nos dejaron claro unas horas antes de la cena, que no era necesario reservar. Sin embargo, cuando estábamos ya sentados, el encargado (que no sabemos si tiene algún puesto importante en el hotel o solamente se las da de ello), nos comentó que teníamos que haber avisado, que eramos muchos y bla, bla, bla. La verdad es que nos topamos con las pegas de este caballero varias veces a lo largo de nuestra estancia, era el aguafiestas number one, menos mal que nos lo tomamos a risa...

Este club incluye, claro está, un restaurante italiano, espectáculo sólo para italianos, además de sus propios animadores y actividades. De hecho, en los extremos de la playa del hotel, están las estaciones marítimas con todas las actividades disponibles, una de ellas, exclusiva para italianos y la otra para el resto. Es curioso ver cómo dentro del mismo hotel hay una zona dedicada a determinados clientes y no por cuestión de precio por habitación, algo que sí se entendería.

Nosotros cenamos y comimos un par de días en el Veraclub. No está mal, pero no os esperéis una comida maravillosa, es un poco más de lo mismo. Pasta normalita y pizzas sólo algo mejores que en el buffet general, aunque por los aires que se daba el cocinero, parecía que estábamos en el mejor ristorante de Roma. Por cierto, el vino no servía ni para echarle gaseosa, horrible de verdad.


Imprimir

República Dominicana – All included II

viernes, 13 de septiembre de 2013

Nosotros también pensábamos, antes de vivirlo, que en una semana con este plan, te terminabas aburriendo. Una vez disfrutado, os diremos que todo lo contrario: lo pasamos en grande.

Nuestro hotel Be Live Canoa (4 estrellas) tenía algunas carencias, como la falta de ascensor hasta la habitación (2 plantas), pero tenía muchísimas cosas buenas a destacar.




En la habitación, encontramos una cesta de frutas junto a una botella de Brugal extra viejo… ¡¡bienvenidos a la República Dominicana!!


 El hotel tenía de todo: empezaremos comentando los bares y restaurantes.

El desayuno buffet es bastante bueno, con deliciosos zumos naturales, plancha para tortillas recién hechas y variedad de dulce y salado. Para las comidas y cenas puedes alternar entre varios restaurantes: japonés, mexicano-brasileño (cada día cambia la especialidad; el mexicano nos gustó especialmente) e italiano; esto hace que puedas descansar del buffet general que siempre está disponible. Además, entre horas, abre el snack bar, en el que a base de pizzas, hamburguesas y perritos calientes puedes calmar el hambre si te cerraron el resto (nosotros, la primera noche cenamos en el Snack bar, pues llegamos al hotel pasadas las 10 pm).

Y para bajar la comida habrá que beber algo, ¿no? El bar de la piscina abierto durante todo el día y el bar-terraza junto a la recepción, por la noche, son perfectos para probar todo tipo de cocktails y copas. El único problema de las copas es que las sirven con trozos pequeños de hielo, lo que hace que queden aguadas rápidamente, algo que parece habitual en la zona, pero no había problema, te pedías otra y ya está. Los cocktails, una maravilla, a destacar la piña colada y el cocoloco. Todo esto, en un entorno maravilloso.





La discoteca del hotel no es gran cosa y no se ambienta demasiado, pero hay discotecas cercanas a las que se puede ir en autobús gratuito del propio establecimiento. Nosotros no fuimos, porque las bebida en nuestro hotel estaba incluida y formábamos un grupo suficientemente numeroso para ambientar cualquier terraza del hotel.


Por si no fuese suficiente, si te aburres de repetir el recorrido oficial de “playa turquesa, piscina, cocktail, jacuzzi y tumbona”, tienes a tu disposición muchas actividades incluidas: gimnasio con entrenador personal, kayak, mini-catamarán, ping pong, mini golf, petanca, tiro con arco, tenis, baloncesto, voley playa… entretenimientos de todo tipo, eso sí, ¡¡piña colada en mano!!





Imprimir

República Dominicana – All included I

martes, 3 de septiembre de 2013

¡Hola de nuevo! Tras haber vivido en primera persona el típico viaje con todo incluido en República Dominicana, es hora de contaros nuestra experiencia y opinión al respecto.

Nunca nos había llamado la atención hacer este tipo de viaje, sobre todo porque nos queda mucho mundo por conocer y el tiempo para recorrerlo es limitado, por eso salía siempre como perdedor en la elección de un nuevo destino y lo dejábamos para otra ocasión. Y qué mejor ocasión que la boda de unos buenos amigos en el precioso paraje de los altos del Chavón para disfrutar en grupo de una semana “con pulserita” en el Caribe.


Iglesia Altos del Chavón

El vuelo directo al aeropuerto de Punta Cana desde Madrid tiene una duración de 7 horas y media que no se hicieron demasiado pesadas, a pesar de que el avión de Air Europa no tenía pantalla individual para alternar ratos de sueño y entretenimiento a gusto del pasajero, una pena.

La época del año no pudimos elegirla (la boda tenía fecha) y, por supuesto, no hubiese sido la elegida, al encontrarse en temporada de huracanes (del 01 de junio al 30 de noviembre) y la posibilidad de que nos tocase sufrir alguna tormenta tropical. Nos arriesgamos y la verdad es que salió muy bien. El tiempo durante toda la semana fue muy bueno (primera semana de agosto), buena temperatura, nubes y claros (se agradecía de vez en cuando alguna nube para no morir achicharrados) y tan sólo un par de lluvias ocasionales por la noche.

Lo primero que notamos al aterrizar fue la gran humedad del ambiente; luego comprobamos que era cierto que para entrar al país hay que pagar 10 dólares o 10 euros (así de bien hacen el cambio...). A la salida se pagan 20 dólares o 20 euros, ya íbamos avisados. Os recomendamos que llevéis dólares en efectivo, pues es la moneda de referencia para la mayor parte de los precios.

Nosotros llevábamos dólares desde España y también cambiamos allí algunos euros a pesos dominicanos, para pequeñas compras.

Tras la recogida de maletas fuimos en el autobús de la tour operadora Travelplan hasta nuestro hotel Be Live Canoa (4 estrellas) en Bayahíbe, La Romana (1 hora de trayecto).



El hotel lo reservamos en esta zona menos conocida que Bávaro o Punta Cana por la cercanía al lugar de la boda. Tiene menos concentración de hoteles, pero una playa caribeña igualmente alucinante.


Playa de Bayahíbe

Playa de Bayahíbe

Playa de Bayahíbe

En esta zona, hay mejores hoteles, pero el presupuesto se disparaba demasiado. Si os lo podéis permitir, echadle un vistazo al hotel Iberostar Hacienda Dominicus.


Así empezaba una semana de sol, playa, piscina, ron, baile, cocktails, catamarán, siestas… ¡unas verdaderas vacaciones!


Imprimir

De vuelta

lunes, 26 de agosto de 2013

Pues sí, las vacaciones se han terminado y aquí estamos de nuevo, con las pilas cargadas y dispuestos a seguir compartiendo con vosotros nuestros proyectos “viajiles” pasados y futuros.

Las vacaciones, aunque cortas, han dado bastante de sí y hemos podido aprovechar para hacer de todo: estar con la familia, con los amigos, visitar sitios nuevos, hacer un curso de surf, salir de fiesta… no nos quejamos.

Lo primero que os vamos a contar es la escapada a República Dominicana para la boda de nuestros amigos. Lo pasamos tan bien que no queríamos volver; si nos hubiesen dejado una semanita más allí, habría sido perfecto, jaja.

Os contaremos también el viajecito que estamos maquinando para este otoño que nos tiene entusiasmados buscando vuelos y haciendo (¡cómo no!) nuestra consabida guía DIY.

Todo esto y mucho más para la nueva temporada de Recién Viajados que arranca ya.
A los afortunados que seguís de vacaciones, nos dais mucha envidia, disfrutad de vuestros destinos, ya sean un país exótico o el sofá de vuestra casa. Y a los que, como nosotros, ya estáis al pie del cañón, mucho ánimo, pensad en la próxima escapada y empezad a organizarla, seguro que lleváis la vuelta al cole mucho mejor así.

¡Hasta pronto!



Imprimir


Nos vamos a la República Dominicana!!

lunes, 29 de julio de 2013

Pues sí, tenemos nuevo destino en Recién Viajados: nos vamos a la República Dominicana.
Quizá este destino no estaba entre nuestras prioridades para los próximos años, pero esta vez tenemos excusa: unos amigos se casan allí, así que, ¿qué remedio? Vamos a sufrir durante una semana en el Caribe, jeje.

Este viaje ha sido organizado con menos tiempo del que solemos disponer porque, por razones de trabajo, no hemos podido confirmar que íbamos hasta dos meses antes; pero como es un paquete estándar, pues eso que nos ahorramos. A ver si me entendéis, disfruto muchísimo organizando nuestros viajes, buscando la ruta, cosas que ver, haciendo nuestras guías DIY en definitiva. Pero, de vez en cuando (y sin que sirva de precedente), también está bien ir a algún sitio en el que no haya que pensar, sólo tumbarse en la playa con un cóctel en la mano y decidir a dónde vamos de excursión el día siguiente.

Vamos a la zona de La Romana porque la boda de celebra en la Casa de Campo, así que no nos valía cualquiera de las ofertas a Punta Cana o Bávaro. Por suerte, hemos podido alojarnos todos los invitados, la familia y los novios en el mismo hotel, el Be Live Canoa, en Bayahíbe. Nosotros ya hemos estado en un Be Live, concretamente en el de Saïdia (Marruecos) y nos gustó bastante. Ya os contaremos cómo está éste.

Por supuesto que he buscado cosas en internet, jaja, sobre todo relativas al tiempo y a las excursiones. Agosto no es precisamente el mejor mes para ir al Caribe, así que estoy haciendo un ejercicio de resignación y paciencia de manera anticipada para no entrar en cólera cuando me llueva día sí y día también. Con que no haya ningún huracán y, a poder ser, ninguna tormenta tropical, me conformaría… Ainsss.

Respecto a las excursiones, la que más recomiendan es la de isla Saona. No hay más que entrar en internet y ver fotos para que se te caiga la baba. Si el tiempo nos acompaña, intentaremos hacerla y no sé si alguna más (a mí me gustaría ver Santo Domingo, pero todo se andará, que somos muchos y hay que organizarse).


Desde luego, el principal atractivo de este viaje va a ser poder asistir a la boda y estar con nuestros amigos durante una semana de relax y pasándolo bien. Prometemos contároslo a la vuelta. Que el tiempo nos acompañe!!!

Imprimir

Misa Gospel en Harlem - NYC

miércoles, 24 de julio de 2013

En NYC, siempre tendréis alguna actividad recomendable por hacer. Una de ellas es asistir y disfrutar de una auténtica misa gospel en el barrio de Harlem; nosotros lo hicimos y, sin duda, merece la pena, no os lo perdáis.


Harlem se encuentra al norte de Manhattan, por encima de Central park. La manera más cómoda de llegar es en metro, en cualquiera de las líneas con dirección norte. Nosotros nos bajamos en la calle 125. En cuanto sales a la superficie, compruebas que has cambiado de barrio y al ser domingo por la mañana, verás a los vecinos con sus mejores galas dirección a su iglesia, comienza su ritual.

Nos decidimos por una iglesia en concreto, The Greater Refuge Temple, ya que nos la habían recomendado y sin conocer el resto, lo tuvimos claro. Hay muchas otras, pero estuvimos en esta. Está en la 125 con la 7th Ave (2081 Adam Clayton Powell Junior Boulevard New York, NY 10027).

No debéis llegar tarde, pues muchos turistas tendrán la misma intención que vosotros y el sitio reservado para visitantes es limitado. En la puerta, un encargado os indicará dónde os podéis sentar y cuáles son los asientos reservados para los vecinos y participantes. A los turistas nos colocan en el piso superior, pero no os preocupéis, desde arriba disfrutaréis de todo.

La música en vivo, la forma en que lo viven, el vestuario de todos los asistentes y otros muchos detalles, hacen de esta misa un gran espectáculo. No tenemos documentos gráficos, porque no lo permiten, aunque en Internet podréis ver vídeos para iros haciendo a la idea.

La entrada fue gratuita, aunque aprovechan de vez en cuando para pasar el cestillo recogiendo la voluntad. Puedes donar lo que consideres oportuno, así que no te preocupes y echa lo que te parezca bien, no te sientas obligado a echar todas las veces, serán muchas las que pasen recaudando jajaja (nosotros echamos un par de veces).

La misa es muy larga pero tan divertida que no se hace pesada. Nosotros estuvimos casi dos horas y abandonamos sin ningún problema entre canción y canción.


No lo dudéis, es un gran plan para el domingo por la mañana. Aleluya!!



Imprimir

El mejor viaje

sábado, 20 de julio de 2013

Hoy voy a escribir un post algo especial y es que justo hace un año me comprometí a hacer el mejor viaje de mi vida.
Quien me conozca sabrá que no soy muy dada a expresar estas cosas en público, pero nuestro primer aniversario es una buena ocasión para cambiar las costumbres.
Como dijo Mark Twain y hoy hace un año nos recordó un buen amigo “He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él”.
Después de varios años a tu lado y con muchos kilómetros y países a nuestras espaldas, puedo decir que he encontrado al mejor compañero de viaje posible, al que me hace sentir en casa con estar a mi lado. Contigo no hay fronteras, retrasos, visados ni jet lags que me detengan. Si estamos juntos siento que tenemos el mundo a nuestros pies. Sólo me faltan cien vidas a tu lado para recorrerlo, porque con una no me basta.

Gracias por caminar conmigo



Imprimir

Dónde comer en NYC? The last one: dulces

jueves, 18 de julio de 2013

¡Y todavía no hemos hablado de cosas dulces! Bueno, el helado raruno de Chinatown no cuenta…
Por básico que fuera el desayuno, los muffins que nos daban en la cafetería de al lado del hotel junto con un café estaban buenísimos. Los mejores eran los de limón con semillas de amapola.


Teníamos apuntado en nuestra guía DIY con letras rojas y bien grandes ir a Eileen's Cheesecake a probar sus maravillosas tartas. Una tarde que estábamos por la zona (está cerca de Little Italy), nos pasamos. La tienda es muy pequeñita, con apenas algunos bancos arrimados una barra a lo largo de la pared, pero cuando te acercas al mostrador se te hace la boca agua.

Yo me temía que tuviéramos que comprar una tarta entera, como le pasó a Ni, de Maniatados (no dejéis de ver su blog) porque no venden porciones; pero últimamente están haciendo tartitas de tamaño individual, así que no tuvimos problema (si podemos llamar problema a comernos una deliciosa New York Cheesecake entre los dos). Yo me pedí una de chocolate y A de las clásicas, de fresa. Estaban a cuál más buena, ¡increíbles! Si pasáis por allí, no lo dudéis.

Otro capítulo fueron los donuts de Krispy Kreme. Nos los había recomendado mi cuñado, experto en guarrerías de este tipo como nosotros y con una larga experiencia a sus espaldas viviendo en México, EE.UU y Canadá. Antes de llegar a NYC lo busqué, y el único sitio donde los vendían recién hechos era en Penn Station. No teníamos pensado ir allí expresamente a por donuts (no somos tan "frikis", jaja), pero las circunstancias se desarrollaron de tal modo que el bus que tenía que llevarnos esa mañana a Washington DC nos dejó tirados a nosotros y a unos cuantos más y nos quedáramos sin visita (GotoBus se llamaban, los muy...). Después del cabreo inicial, como era muy temprano y no podíamos hacer otra cosa que desayunar, fuimos al puesto, compramos una caja enorme con todos los que se nos antojaron y una taza para mi cuñado, para agradecerle el  maravilloso descubrimiento. Nos fuimos de vuelta al hotel, pillamos los cafés de la cafetería de abajo y nos subimos a la habitación a disfrutarlos. ¡Fantásticos! Los mejores donuts que hemos probado en la vida. Cuando hemos vuelto a EEUU hemos intentado buscarlos. Lo único que encontramos fue en Las Vegas una cajita de agujeros de donuts Krispy Kreme, buenos, pero nada que ver con los recién hechos. Además, comértelos a media tarde y con 40 grados a la sombra no tiene la misma gracia…


Siguiendo con los dulces, también somos muy “fans” (que es más aún que ser fan) de los batidos del Johnny Rocket’s. Los descubrimos justo en Nueva York, una tarde que nos cogimos unas bicis para pasear por South Street Seaport. Como considerábamos que ya habíamos quemado demasiadas calorías, aparcamos las bicis y nos pedimos cada uno un batido de litro y medio y 1500 calorías (o eso era lo que decía la carta). Yo creo que las tenía y casi morimos en el intento, pero mereció la pena. El mío era de vainilla y oreo y el de A de fresa y plátano. Te ponían un vaso enorme y luego el cacharrito de la batidora donde lo hacen con otro porte tal cual el anterior. Buenísimos. En otro viaje, en Santa Mónica, hicimos la misma jugada, pero compartiendo, que ya tenemos una edad, jajaja.


Os preguntaréis si después de este periplo gastronómico por NYC no volvimos a España rodando, y he de deciros que no. Caminamos tanto, tanto, que a nuestro regreso estábamos tal cual, no habíamos perdido peso, pero tampoco engordado. ¡Todo un logro viniendo de “guarradasland”! Y eso que no hemos hablado de los perritos del Gray's Papapaya, las porciones de pizza a 75 centavos, los restaurantes mexicanos en el sótano de un edificio cutre, etc.

Imprimir

Dónde comer en NYC. Part five: Chinatown

jueves, 11 de julio de 2013

Siguiendo con nuestro recorrido por los sitios para comer que visitamos en Nueva York, hoy queremos detenernos en el famoso barrio de Chinatown.



En Chinatown hay mil y un restaurantes, unos más auténticos que otros y unos con bastante mejor pinta que otros... He de decir que, como en el resto de los sitios, antes de decidir uno, busqué bastante en internet y por fin encontré un sitio que recomendaban en varias webs: el Joe's Shanghay Restaurant, en 9 Pell Street.

No sé cuál es la razón, pero no me entusiasmó en general comer en este barrio. Bueno, quizá sí me puedo hacer una idea: llevaba el estómago rebotado después de deambular por sus calles, tiendas y puestos. No somos especialmente escrupulosos ninguno de los dos, por eso aún hoy me cuesta entender por qué Chinatown me dio tanta “cosica”, jaja. No es la primera vez que íbamos a un barrio chino en el que comíamos en lo que nosotros llamamos “chinos para chinos”. Ya los habíamos probado antes en Londres, Ámsterdam, Frankfurt y después varios en Madrid; por lo general, nos suelen gustar mucho, nada que ver con los chinos españolizados (que también nos encantan, dicho sea de paso). Pero imagino que fue el olor que lo impregnaba todo lo que me fue revolviendo el estómago e hizo que luego no me sentara nada bien la comida.



Como he dicho, a la hora de comer fuimos a Joe's Shanghay. Tenía pinta de restaurante chino normal y corriente, pero un poco más “guarrete”. Nos sentaron en una mesa muy pequeñita para dos que estaba embutida entre un contenedor de basura (lo juro) y otra mesa igual con una parejita de chinos que no paraba de pelar langostinos y de lanzar las cáscaras por doquier (por toda su mesa  y alrededores). Como veréis, las circunstancias no eran las más propicias para disfrutar del almuerzo.



La comida en sí estuvo bastante buena. Nada más llegar, nos ofrecieron té y nos dieron la carta. Habíamos leído que los dumplings eran lo mejor, así que nos decidimos con unos variaditos como entrante, y luego pedimos un par de principales. Como en todos los chinos, ya sean para chinos o para españolitos, las raciones eran muy generosas y, repito, estaban buenas. No recuerdo exactamente cuánto costó, pero no fue caro.



A la salida buscamos la heladería Chinatown Ice Cream Factory, en 65 Bayard Street, de la que también habíamos leído varias recomendaciones. Merece la pena ir por ver la gran variedad de sabores, muchos de ellos totalmente desconocidos e impensables en las nuestras. Yo pedí uno de jengibre (soy adicta), pero no me gustó nada. No sé si por lo que os decía del estómago raruno o porque no era gran cosa.

Con todo esto no quiero que dejéis de ir a Chinatown. Es parada obligatoria! Un sitio que sorprende e inunda todos los sentidos, jajaja. Seguro que hay mil sitios estupendos en los que comer, no hay más que investigarlo un poco. Si no, siempre os quedará ese Mc Donald’s tan pintoresco que tienen. O Little Italy, que está al lado.

Imprimir

Dónde comer en NYC? Part four: Little Italy

miércoles, 3 de julio de 2013



Estamos cansinitos con la comida, eh? Pero hoy os vamos a contar algo más. Little Italy bien merece la pena una visita, sobre todo, antes de que sea definitivamente engullido por Chinatown.

A estas alturas, está más que explotado para el turismo, no nos vamos a engañar, pero no deja de ser curioso, y pueden encontrarse algunos buenos restaurantes italianos en las escasas calles que lo componen, además de algunas cosas curiosas...

Nosotros fuimos a mediados de septiembre, coincidiendo con las fiestas de su patrón, San Genaro, el día 19. Por eso, durante esos días, tenía aún más movimiento, con muchos puestos, farolillos y música ambiente. En los puestecillos podías encontrar todo tipo de delicatessen como galletas oreo rebozadas y fritas, ¿por qué? ¿por quéeeee??? Esto pasa a formar parte de los grandes misterios de la gastronomía internacional, como lo de los Mars también rebozados y fritos, tan populares en Escocia. ¿Es realmente necesario esto? ¿No son ya suficientemente caloríficos a la par que empalagosos? Bueno, si alguien conoce la respuesta, le agradezco que conteste al post.


Siguiendo con la "gastronomía", nos habían recomendado el Lombardi's, en 32 Spring St., como ya os comentamos en un post anterior. Dicen que fue la primera pizzería de Nueva York. Sugerimos pedir una pequeña para compartir, porque son descomunales, pero están buenísimas. Nosotros elegimos la más "ligerita", la de albóndigas y salchicha italiana, casi na! Nota: atención a la camiseta de A, "Your pizza has arrived", no puede ser más adecuada, jajaja.


Coincidió que estuvimos por Little Italy el día que se celebró el décimo aniversario del 11S, y había muchísimos policías y bomberos llegados de todas partes que, pasada la celebración oficial, se echaron a la calle. Ya era media tarde cuando encontramos esta estampa y no pudimos resistirnos a fotografiarla. Con ella os dejamos:






Imprimir



Dónde comer en NYC? Part three: Delis

martes, 25 de junio de 2013

Los delis (abreviatura de Delicatessen) son tiendas donde se venden este tipo de productos y en las que también se pueden comer, claro. Nosotros los descubrimos en Nueva York, la verdad, y si asocio algo a ellos es el pastrami. ¿Qué es el pastrami? Es una especie de embutido hecho con ternera especiada que se ahúma, se sirve habitualmente en lonchas en un sándwich y está realmente bueno.

Uno de los más famosos de Nueva York es el Carnegie Deli, en la séptima avenida con la calle 45, muy cerca de nuestro hotel y de Times Square. Está lleno de fotos y autógrafos de famosos, es bastante curioso. Nos habían dicho que pidiéramos el Reuben, y eso hicimos. Cuando nos lo trajeron, alucinamos. Se supone que debíamos descoyuntar la mandíbula para comernos eso, jaja. Qué pasada! Una montaña de pastrami sobre una rebanada de pan y coronada por otra, porque a eso no se le puede llamar sándwich. Estaba muy bueno, toda una experiencia.



El otro deli más conocido de la Ciudad es el Katz's Delicatessen. Allí también son famosos por los sándwiches de pastrami, que venden y reparten a todo el mundo (o eso dicen ellos). Está por la zona de Nolita y nos costó la vida encontrarlo ya ni recuerdo por qué, pero si te pierdes por Nueva York ten por seguro que vas a andar y mucho. Es muy antiguo y también célebre porque allí se rodó la escena más conocida de la peli "Cuando Harry encontró a Sally." De hecho, los protas están comiéndose un sándwich de pastrami, lo que pide la señora de la mesa de al lado a ver si le causa el mismo efecto, jaja. Recuerdo que uno de los camareros era dominicano y muy agradable, estuvimos un rato charlando con él. También muy recomendable.


Imprimir