Primer aniversario de Recién Viajados

lunes, 22 de abril de 2013



Parece que fue ayer, y ya llevamos todo un año con nuestro blog. El balance es muy positivo. Nos encanta compartir con vosotros nuestros viajes (los largos y los cortos) contaros anécdotas, hacer recomendaciones y daros algún consejillo. Además, contar un viaje es algo parecido a vivirlo de nuevo, y eso nos gusta más aún.

La vida es muy corta y no hay apenas tiempo para hacer todo lo que deseamos, por eso ahora es el momento. Desde aquí os decimos: haced las maletas y poned rumbo al sitio que más os inspire (y menos se salga del presupuesto, jaja). Nosotros, por nuestra parte, seguiremos haciéndolo (y contándolo en el blog, por supuesto).

Prometemos que el nuevo año va a estar lleno de viajes y de entradas. Nos vemos en el próximo post, amigos.


Gracias por estar ahí.

A y M


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Una tarde en Nápoles

viernes, 12 de abril de 2013

Ya comentamos que dejaríamos la visita exprés a Nápoles para otro post y aquí estamos. Digo exprés porque (como adelantamos en el título) estuvimos sólo una tarde, la del día que fuimos a Pompeya desde Roma, pero nos cundió...

Antes de todo, quiero pediros disculpas por la calidad de las fotografías. Por aquellos entonces no teníamos la cámara "güena" y ni pu...ñetera idea de fotografía pero bueno, estoy segura de que podréis haceros una idea.

Llegamos de nuevo a la estación de trenes de Nápoles desde el cercanías que habíamos cogido en Pompeya. Nada más salir a la plaza Garibaldi te introduces de cabeza en el ambiente: mucha gente, mucho ruido, tráfico caótico... De hecho, tuvimos que apartarnos para que por mitad de la acera no nos atropellara un quad en el que iba una familia completa.

Como no teníamos mucho tiempo fuimos directos hacia nuestro objetivo: la Antica Pizzeria da Michele.


Yo la descubrí gracias al libro "Comer, rezar, amar" de Elizabeth Gilbert, del que luego hicieron una película con Julia Roberts y Javier Bardem, que se rodó aquí en parte.


Dicen que es una de las más antiguas y auténticas (la pizza se inventó en Nápoles en el siglo XVII), así que no pudimos resistirnos. Su especialidad es la margarita, la reina de las pizzas, que sólo lleva salsa de tomate, mozarella y albahaca; y la marinara, con tomate, ajo, orégano y aceite.

Nosotros nos decidimos por dos margaritas y dos Nastro Azzurro. ¡Gran elección! El tamaño de la pizza es impresionante (ya podían ser así todas), pero la masa es tan fina y ligera que te la comes sin darte cuenta. Es sabor de la mozarella es... espectacular.


A todo esto se me ha pasado deciros que eran como las seis de la tarde. Estábamos comiendo pizza para merendar. De hecho, abrieron justo cuando llegamos, aunque poco a poco se fue llenando el local.

Cuando salimos bajamos hacia el paseo marítimo por el corso Umberto I y luego hacia el puerto viendo de pasada toda iglesia o palacio que nos tropezáramos. Bajamos hasta el Castell dell'Ovo y continuamos por el paseo marítimo buscando el atardecer (¡menuda maratón!), pero mereció la pena. La bahía de Nápoles es maravillosa y más con la luz rosada reflejándose en todos los edificios mientras el sol se pone.

Cuando el sol acabó de esconderse deshicimos el camino de vuelta a la estación central.

Por supuesto, queremos volver a Nápoles para poder conocerla; una tarde no da para mucho. No obstante, para ser el primer acercamiento a la ciudad, considero que lo aprovechamos bien.


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TÚNEZ VII Relax y tranquilidad en Yasmine Hammamet

martes, 2 de abril de 2013

Para los últimos días de este viaje que os hemos estado relatando, el hotel de playa lo cogimos en régimen de media pensión. En este caso era lo más adecuado porque a mediodía nos daba libertad y comer por allí es barato, el todo incluido o la pensión completa no merecía la pena. Comimos los dos días en una pizzería cercana por 5 euros cada uno (pizza y bebida).

El resto del día y el día siguiente (último día) nos dedicamos a disfrutar de la maravillosa playa del hotel y hacer las últimas compras en la medina de Yasmine Hammamet (llamada nueva medina), a 5 minutos a pie. La medina es un poco hortera, pero tiene un montón de tiendas y puestos con precios reducidos. Tanto es así que en alguna tienda, sorprendentemente, no se regatea. Comprobamos que algunas de las compras hechas durante el viaje tras largas negociaciones podíamos haberlas hecho en esta medina, así que no os preocupéis, tendréis muchas oportunidades de comprar productos de artesanía local y otros recuerdos.


El regalo estrella del viaje fue la rosa del desierto. Os la ofrecerán continuamente, pero con precios muy variados. Nosotros, gracias a nuestro guía, el último día del circuito por el sur conseguimos en un pueblecito (lo sentimos, no recordamos el nombre) 10 rosas del desierto de las pequeñas por 1 dinar (0.60 euros) y las grandes por 2 dinares; y las llegamos a ver diez veces más caras.

A la medina de Hammamet (medina antigua) no fuimos porque implicaba coger un autobús y la verdad es que ya estábamos un poco cansados, queríamos relajarnos por un par de días.

Hasta el último día disfrutamos del buen tiempo y de la playa antes de que nos recogiesen para llevarnos al aeropuerto.

En líneas generales, fue un viaje que nos encantó; creo que la relación calidad precio es fantástica y hay muchas cosas que ver y disfrutar. Desde aquí, os invitamos a que visitéis Túnez. Hasta la próxima.


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