Tailandia-Camboya: después de la tormenta, llegó la noche perfecta

miércoles, 26 de febrero de 2014

El día que nos fuimos de excursión a Ayutthaya, cuando regresamos a Bangkok estaba cayendo el diluvio universal. Esperamos durante un rato en la estación de trenes a ver si aflojaba, pero nada, así que cogimos un taxi y nos fuimos para el hostal. Cuando pasábamos al lado del Palacio Real, el agua subía ya por encima de las aceras, los turistas de Wat Pho y del palacio chapoteaban por todas partes corriendo, pero no había manera de evitar mojarse.
Llegamos al  hotel y nos estábamos dando una ducha cuando se fue la luz. Esperamos un rato y de recepción vinieron a decirnos que no era culpa suya, que se había ido en toda la calle y no sabían cuándo iba a volver. Nos dieron linternas, eso sí. Todavía quedaba luz afuera, pero se estaba haciendo de noche rápidamente. Además, al apagarse el aire acondicionado, la habitación se convirtió en un infierno y tuvimos que abrir la ventana a pesar de la lluvia. Oscureció del todo y dejó de llover, pero la luz no venía, así que ya desesperados, nos pusimos pantalones cortos, chanclas de goma y nos echamos a la calle.
Resulta que desde España, vía web habíamos reservado en el restaurante The Deck, dentro del hostal Arun Residence, que justo fue a dónde fuimos a parar perdidos el primer día buscando nuestro alojamiento. Total, que como teníamos la reserva, decidimos ir para allá a ver qué nos encontrábamos, aunque pensábamos que iba a estar cerrado. Nos dijeron que, por el momento no podían darnos de cenar, sólo disponían de cerveza fría (what??) así que contentísimos subimos a la cuarta planta a tomarnos unas cuantas Changs. Nuestra sorpresa fueron las vistas y el ambiente. La terraza sólo estaba iluminada con velas, frente al templo Wat Arun (uno de los más hermosos) iluminado. ¡Impresionante! Nos quedamos con la boca abierta.



Disfrutamos de una tarde muy agradable. Un rato después volvió la luz y pudimos bajar a cenar. Estaba todo increíble sin excepción, la mejor comida que tomamos en Tailandia. Pensábamos que la lluvia nos estropearía el día, pero no hizo más que mejorar. Una experiencia inolvidable.

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