Luna de miel en Polinesia-Costa Oeste: Maletas I

martes, 14 de agosto de 2012

He de decir que, a pesar de ser éste uno de los viajes que más ilusión me ha hecho realizar nunca, no pudimos dedicar a su preparación todo el tiempo y la dedicación que acostumbramos, por razones evidentes. Esto se resumió en que llegamos a casa unas 10 horas antes de que saliera el vuelo, hechos polvo y con las maletas por hacer. Afortunadamente, se cumple el dicho de una buena amiga mía "el tiempo que dedicas a hacer una maleta es el tiempo del que dispones: que tienes tres días, tres días; que tienes cinco minutos, pues cinco minutos". Totalmente cierto.
Teníamos un problema añadido y es que traíamos ya las maletas llenas, así que hubo que vaciar y volver a llenar tres maletas. ¡El salón parecía un campo de batalla! Pero, al final, lo logramos. Eso sí, eran ya más de la una de la madrugada, y nos tocaba levantarnos a las cuatro de la mañana, así que echamos sólo una cabezadita, no antes de vaciar la cama de arroz y cereales (detalle de bienvenida de nuestros amigos). El despertador sonó cuando todavía no habían puesto las calles y con sueño, pero con muchas ganas, nos preparamos y nos fuimos para Barajas.
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