Luna de miel Polinesia-Costa Oeste: Alcatraz y San Francisco

viernes, 12 de octubre de 2012

El despertar del primer día en San Francisco fue un poco ajetreado. Teníamos que dejar el coche de alquiler antes de una hora concreta (bien tempranito), y luego irnos a Alcatraz, que habíamos reservado la visita aquí para ese día desde dos meses antes en el primer barco que sale. Total, que dejamos el coche, volvimos corriendo al hotel, nos tomamos rápidamente un café y un muffin allí y salimos pitando para coger algún transporte público que nos llevara. Era nuestro primer día en la ciudad y, como podréis imaginar, no dominábamos nada el sistema de transportes. Teníamos que coger una línea en concreto, pero menudo cacao entre autobuses, tranvías y el cable car (menos mal que ese sí se distingue). Al final cogimos el bueno, que era lento, lentísimo, menudo estrés. No obstante, llegamos a tiempo al pier 33 para coger nuestro barco.

Recomendación para ir a San Francisco en verano: Da igual el tiempo que haga diez kilómetros antes o después de la ciudad, el clima de San Francisco va a su rollo. Total, que lo mejor es ir como una cebolla, con manga corta o tirantes, chaqueta y pañuelo, para ir adaptándose. Lo mismo estás al sol y hace calor, que te acercas al mar y corre una brisa que pela.

En el barco y en Alcatraz hace bastante, bastante fresquito. Suele correr viento y es un poco desagradable, así que se recomienda llevar algo de abrigo. La cosa es que hacía un solazo en San Francisco, pero así estaba Alcatraz:



La visita fue muy interesante. El texto de la audioguía ha ganado premios, es muy chulo. Hablan presos que estuvieron en Alcatraz y te relata los motines. Las celdas dan cosita cuando te metes, una sensación bastante agobiante.


Nos partimos de risa en la tienda de recuerdos. ¡Venden de todo! Yo estuve a punto de comprarme el típico jarro de latón con el que hacían ruido pasándolo por los barrotes, jaja. Había reproducciones de los cubiertos y los uniformes de los presos. Vendían hasta piedras que, juraban, eran de Alcatraz, jajaja. Muy curioso.

Eso sí, las vistas desde Alcatraz son muy bonitas. Sobre todo cuando no hay niebla :(

A la vuelta nos fuimos a Fisherman's Wharfa dar una vuelta y comer. No me lo esperaba así, la verdad, aquello es un parque temático. Ya sabía que iba a ser demasiado turístico, pero es que era como una feria. Igualmente, hicimos la turistada de comernos el clam chowder en el sitio más famoso, la panadería Boudin. Estaba bueno, pero lo había igual y mucho más barato en otras zonas del muelle. Aquí recorto al monstruo de las galletas para que salga bien el clam chowder:


Estuvimos paseando y curioseando tiendas y luego nos fuimos a ver a los famosos leones marinos. Decían que en esa época no había muchos, pero vamos, a nosotros nos parecieron suficientes, jaja:


La verdad es que nos cundió bastante el día. Nos tenía que cundir porque sólo teníamos dos y medio. Paseamos por todo el muelle, fuimos a la plaza Ghirardelli y a Lombard Street a ver cómo se las apañaban los coches para bajar por una de las calles más empinadas del mundo.

Nos cruzamos con el cable car, pero desistimos de subir por las colas. Nosotros solemos andar bastante. Nos pateamos las ciudades cuando vamos de viaje, estamos acostumbrados. La cosa es que la orografía en San Francisco jugaba en nuestra contra. Veíamos el plano y pensábamos "Volvemos andando, si está ahí al lado", pero no contábamos con las cuestas. ¡Deberían poner curvas de nivel en los planos de San Francisco! Acabamos hechos polvo y al día siguiente con agujetas.


Igualmente, nos volvimos andando y nos alegramos; siempre ves muchas más cosas. Atravesamos Chinatown, que es el más grande de EE.UU.

Estuvimos descansando en el hotel. Luego salimos a cenar a alguno de los sitios que nos habían recomendado y hasta el día siguiente.



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